lunes, julio 03, 2006

EL PARTIDO QUE NUNCA FUE
La eliminación de Argentina, por penales, ante Alemania, abrió un nuevo debate en el círculo futbolistico nacional, sobre la forma y el porqué de otra frustración en los campeonatos mundiales. En las voces de los protagonistas, el argumento principal fue la injusticia en la definición desde los doce pasos. Para la gente, el error fue la falta de determinación para liquidar el partido cuando la selección se puso 1-0 con el cabezazo de Ayala y los cambios de Pekerman después de la salida de Abbondanzieri.
El aceptable rendimiento ante Costa de Marfil y Holanda, la magnifica goleada ante Serbia y Montenegro más el agónico triunfo ante México, le permitió a la Selección albiceleste volver a sentirse, después de muchos años, candidato a llevarse la Copa del Mundo. Hasta que llegó el encuentro por cuartos frente a Alemania. Y en el desarrollo de los 120 minutos ante el anfitrión, está la respuesta de otra frustración Argentina.
Durante el primer tiempo, el conjunto nacional, pese a tener el dominio del balón se encontró con un viejo fantasma de Corea-Japón 2002: la escasa explosión ofensiva. Con Riquelme arrancando por izquierda y lejos de la posición de Maxi Rodríguez, Argentina no tuvo la sorpresa por los costados que demostró en la fase inicial. Con Tevez moviéndose por todo el frente de ataque, pero con Crespo desconectado del circuito de ataque, fue imposible llegar, de frente, al arco de Lehmann.
Con el 1-0 a favor, Argentina retrocedió excesivamente hacia la humanidad de Abbondanzieri(después, Franco), la dupla de ataque se olvidó de presionar la salida de los defensores alemanes(salvo en la ocasión en que Tevez dejó solo a Rodríguez con el gol), Luis González se pegó demasiado a Mascherano y Riquelme, quien tenia escasas posibilidades de tener la pelota, no reaccionó defensivamente para tapar el inicio de las jugadas del local.
Así, Perkerman buscó con Cambiasso mayor rapidez y contención en el medio, pero Lucho y Maxi nunca funcionaron como enlaces. Después del empate de Klose, la selección comenzó a despedirse del mundial. Porque lo que le había dado la clasificación a Octavos, se esfumó en las variantes y en las falencias personales de los futbolistas: porque Saviola no fue tenido en cuenta para acompañar a Tevez, Coloccini nunca pudo salir de su lateral, Sorín estuvo muy preocupado por los desbordes de Odonkor y Cruz no posee la presencia en el área como Crespo o Messi.
El partido que José Perkerman imaginó después del 1-0, se murió en minutos. La identidad futbolística nunca estuvo en duda pero los intérpretes de llevarla a cabo no coexistieron. Y cuando la selección necesitaba a esos jugadores que habían construido lo mejor del mundial, las decisiones que partieron del banco modificaron el rumbo del equipo. Un error factible en este tipo de instancias, pero que Pekerman no había tenido antes del partido ante Alemania.
La eliminación de Argentina, por penales, ante Alemania, abrió un nuevo debate en el círculo futbolistico nacional, sobre la forma y el porqué de otra frustración en los campeonatos mundiales. En las voces de los protagonistas, el argumento principal fue la injusticia en la definición desde los doce pasos. Para la gente, el error fue la falta de determinación para liquidar el partido cuando la selección se puso 1-0 con el cabezazo de Ayala y los cambios de Pekerman después de la salida de Abbondanzieri.
El aceptable rendimiento ante Costa de Marfil y Holanda, la magnifica goleada ante Serbia y Montenegro más el agónico triunfo ante México, le permitió a la Selección albiceleste volver a sentirse, después de muchos años, candidato a llevarse la Copa del Mundo. Hasta que llegó el encuentro por cuartos frente a Alemania. Y en el desarrollo de los 120 minutos ante el anfitrión, está la respuesta de otra frustración Argentina.
Durante el primer tiempo, el conjunto nacional, pese a tener el dominio del balón se encontró con un viejo fantasma de Corea-Japón 2002: la escasa explosión ofensiva. Con Riquelme arrancando por izquierda y lejos de la posición de Maxi Rodríguez, Argentina no tuvo la sorpresa por los costados que demostró en la fase inicial. Con Tevez moviéndose por todo el frente de ataque, pero con Crespo desconectado del circuito de ataque, fue imposible llegar, de frente, al arco de Lehmann.
Con el 1-0 a favor, Argentina retrocedió excesivamente hacia la humanidad de Abbondanzieri(después, Franco), la dupla de ataque se olvidó de presionar la salida de los defensores alemanes(salvo en la ocasión en que Tevez dejó solo a Rodríguez con el gol), Luis González se pegó demasiado a Mascherano y Riquelme, quien tenia escasas posibilidades de tener la pelota, no reaccionó defensivamente para tapar el inicio de las jugadas del local.
Así, Perkerman buscó con Cambiasso mayor rapidez y contención en el medio, pero Lucho y Maxi nunca funcionaron como enlaces. Después del empate de Klose, la selección comenzó a despedirse del mundial. Porque lo que le había dado la clasificación a Octavos, se esfumó en las variantes y en las falencias personales de los futbolistas: porque Saviola no fue tenido en cuenta para acompañar a Tevez, Coloccini nunca pudo salir de su lateral, Sorín estuvo muy preocupado por los desbordes de Odonkor y Cruz no posee la presencia en el área como Crespo o Messi.
El partido que José Perkerman imaginó después del 1-0, se murió en minutos. La identidad futbolística nunca estuvo en duda pero los intérpretes de llevarla a cabo no coexistieron. Y cuando la selección necesitaba a esos jugadores que habían construido lo mejor del mundial, las decisiones que partieron del banco modificaron el rumbo del equipo. Un error factible en este tipo de instancias, pero que Pekerman no había tenido antes del partido ante Alemania.